5. Datación y autoría de los planos

Los planos inéditos objeto de análisis, pese a carecer de fecha y autor, inicialmente entendemos que por ser parte de la colección Gaignières pertenecen a la segunda mitad del XVII, estimación que  acota algo más la asignada por la Biblioteca Nacional de Francia, que los encuadra directamente en el siglo XVII. Para intentar precisar en mayor medida la fecha del creación de los planos, ya que no nada que nos indique lo contrario, vamos a partir de la premisa de que fuesen todos dibujados en la misma fecha. Utilizaremos algunas referencias documentadas para intentar acotarla. Comenzaremos con Alcántara por ser una de las fortalezas más documentadas; de esta forma encontramos las siguientes referencias:

i) En la obra “La frontera cacereña ante la Guerra de Restauración de Portugal: Organización defensiva y sucesos de armas (1640-1668)” de Juan Antonio Caro del Corral, encontramos una referencia sobre la fortaleza de Alcántara al indicar que un informe, redactado a mediados del 1664, resultaba abrumador en sus conclusiones: “…Por la parte de Castilla por donde oy corre tanto riesgo, esta poco defensiva, solo tiene una muralla de mucha circunferencia sin fuerte real alguno, con algunos baluartes y a menester mas de 60 ombres de guarnicion y que se fortifique haçiendole algunos fuertes reales, con prevenciones de todo lo necesario para su defensa; no a tenido mas artilleria que dos cañones muy pequeños…”.  Esta referencia temporal nos permite poner un límite inferior de tiempo al plano de Alcántara, ya que a mediados de 1664 la población estaba desguarnecida por la parte de Castilla, correspondiendo con el este de la villa.
ii) Otra referencia a partir de las cual podremos comenzar a sacar conclusiones, es la obra “El recinto abaluartado de Alcántara. Génesis de una fortificación fronteriza en el siglo XVII” de Antonio Navareño Mateos y José Maldonado Escribano, documentada principalmente en la llamada “Colección de documentos copiados en el Archivo de Simancas, como datos para escribir la Historia del Cuerpo de Yngenieros por el Brigadier de Infantería, Coronel del indicado Cuerpo D. José Aparici y García, Individuo correspondiente a la Academia de la Historia”, una de las fuentes más importantes en el estudio de fortificaciones. En un extracto de dicha obra se indica que: “Por Real Decreto dado en Madrid con fecha 8 de agosto de 1664 se establece que el Conde de Marchín reconociese las plazas que hay en la frontera de Extremadura y propusiese las que deberían quedar fortificadas y guarnecidas así como las que podían desmantelarse. El 30 de agosto de ese mismo mes el conde se dirige al Rey remitiendo una carta en la que, a modo de informe, avanza algunos datos y opiniones sobre diversas plazas fronterizas, y con la misma fecha remite un estudio concreto sobre la plaza de Alcántara, con el que adjunta el plano de las fortificaciones que por entonces se estaban acometiendo en la localidad.... La documentación que adjunta es sumamente interesante puesto que está formada por un texto descriptivo que se completa con el correspondiente diseño gráfico, todo lo cual aun puede contemplarse hoy en día sobre el terreno. Así podemos saber que las obras que ya se habían empezado son las indicadas con las letras A, B, C, D, E y F.” De las obras indicadas anteriormente, sabemos que (A) es una media luna que cubre la Puerta de la Concepción, (B) es una gran media luna sobre una ermita que se convertirá en el baluarte de San Antón y (C) es una gran media luna sobre el baluarte del Rollo (D), obras que como hemos visto en el punto anterior, eran necesarias para fortalecer la parte de Castilla de la población. Continua dicha obra con que: “En el flanco sur se dibuja gran parte del trazado del recinto principal, que ya estaría construido, donde se aprecian los baluartes de San Felipe y de la Cruz, aunque sin ninguna denominación. Protegiendo todos esos lienzos y elementos defensivos se sitúa en el plano un recinto amurallado con los medios baluartes cuya construcción se pretende entonces, y que se representan en el plano con las letras D, E y F. Precisamente, de estos elementos, el que aparece con la letra E nos parece que se corresponde con el llamado Fuerte de San Marcos, cuyos restos son todavía visibles en la actualidad, pero ya como elemento aislado algo alejado del recinto principal. Los otros elementos que se señalan, también coinciden con el recinto principal todavía existente que se prolonga hasta lo que luego se llamará Ángulo de San Isidro”. Lo anterior nos indica que el Fuerte de San Marcos (E) y la media luna de Santa Cruz (F) eran las siguientes obras en acometer. Estarían planificadas pero pendientes de ejecutar. Contrastando el estado de las obras en ejecución y pendientes con el plano de Alcántara de la colección Garnièges, en el cual se indica con “El color amarillo es lo que queda por hacer” (lienzos de muralla en el este entre los baluartes de San Francisco y San Antón, y en el sur entre el baluarte del Rollo y el Fuerte de San Marcos) podemos determinar que el plano de Alcántara de la colección Garnièges es de fecha posterior a Agosto de 1664.
iii) La tercera referencia es el plano de la “Plaça de Alcántara” de Ambrosio Borsano, cuya datación aproximada es el año de 1664 y que coleccionó junto a otros mapas o planos Don Gaspar de Haro y Guzmán, marqués de Heliche, hijo del valido de Felipe IV, Luis Méndez de Haro, y sobrino-nieto del Conde-Duque de Olivares. A la muerte de Heliche, su patrimonio documental y artístico se acabó saldando en almoneda. El fondo cartográfico lo adquirió Juan Gabriel Sparweufell, por encargo de su Rey Carlos XI de Suecia, y se custodia en el Archivo Militar de Estocolmo. Comparando dicho plano con el de la colección Garnièges observamos que coinciden en la descripción y nombres de la mayoría de los elementos de la fortaleza. Además observamos que faltan por construir los lienzos de muralla que deben unir los baluartes y fuertes de la zona sur, y que se refleja en el plano con una línea amarilla continua y con la leyenda “El color hamarillo es la fortificación que falta por hacer y está empezada”, similar también al plano de Garnièges. En consecuencia, determinamos que las fechas de elaboración de ambos planos son muy próximas, y que estarían en torno al año 1664.
iv) Como última referencia tenemos otro plano de la villa de Alcántara fechado también en el año 1664. Este plano comparte similitudes tanto con el de la Biblioteca Nacional de Francia como con el del Archivo Militar de Estocolmo en cuanto a elementos de la fortificación construidos, y además, se representa con una línea amarilla discontinua lo que entendemos como la parte de la fortaleza que faltaba por hacer.

Otros sucesos temporales documentados sobre otros de los fuertes y fortalezas conservados en la colección Garnièges y que nos ayudarán en nuestro empeño de acotar la fecha de elaboración de los planos los exponemos a continuación:
v) En la obra “La frontera cacereña ante la Guerra de Restauración de Portugal: Organización defensiva y sucesos de armas (1640-1668)” de Juan Antonio Caro del Corral, encontramos una  referencia interesante: “Las lluvias terminaron por arruinar las maltrechas fortificaciones. Por ejemplo, en 31 de enero de 1665, dº Antonio Paniagua, gobernador de Alcántara, indicaba como tras un examen pormenorizado de las defensas de todos los pueblos comarcanos, había encontrado que las murallas de Zarza la Mayor estaban caídas por quince partes a lo largo de su perímetro. Y algo similar ocurría en Herrera, Brozas, la propia Alcántara….etc”. En los planos de Alcántara, Brozas y Herrera de Alcántara de la colección Gaignières no se aprecian los daños ocasionados por las lluvias que refiere D. Antonio Paniagua, lo cual nos puede indicar un límite de tiempo superior en la elaboración de los planos.
vi) En la obra “La decadencia de la arquitectura militar en los territorios de las Ordenes Militares durante el siglo XVIII” de Juan de A. Gijón Granados, se indica que “En Herrera de Alcántara había “una casa que servía de castillo” situada en altura y almenada. Cerca de este edificio existió la ermita de Nuestra Señora del Castillo pero fue derruida en 1665 por los portugueses en la misma operación militar que reventó el anterior castillo con 43 minas que lo hicieron volar por los aires”. Complementamos esta información con la referida en la obra “La frontera cacereña ante la Guerra de Restauración de Portugal: Organización defensiva y sucesos de armas (1640-1668)” de Juan Antonio Caro del Corral, que indica: “Mientras que en el sur pacense las tropas del Marqués de Caracena eran barridas en la trascendental batalla de Montes Claros, al norte la ofensiva final se llevo por delante el pueblo y vecindario de Zarza la Mayor que, después de haber soportado hasta tres intentos en el transcurso de la guerra, no pudo repeler una vez más al invasor lusitano. Entre el 11 al 16 de junio tuvo lugar el cerco definitivo, que culminó con el incendio y abandono de la plaza en su totalidad. Una semana después pasaba lo mismo en Herrera de Alcántara“. Estas referencias nos marca un límite de tiempo superior al menos para el plano de Herrera de Alcántara, el 23 de Junio de 1665, ya que el plano de la colección Garnièges debe ser anterior a la voladura de la fortaleza.
vii y viii) Y para terminar, en la obra “Historia de Sierra de Gata (Cáceres). Sus hombres y pueblos” de Domingo Domené Sánchez, se cuenta la ofensiva final de las tropas portuguesas sobre algunas poblaciones de Sierra de Gata, indicando que en la fecha del 16 de Diciembre de 1665, en ataque sobre la población de Villamiel: “Los de caballería abandonaron el fuerte -que después del abandono fue volado por los portugueses- y se refugiaron en el castillo. La gente se guareció en la iglesia y en la torre de ésta; ello no sirvió más que para aguantar unas horas. Al final no hubo más remedio que rendirse”.  Al día siguiente dirigió su ataque sobre Valverde del Fresno, donde: “El portugués sabiendo de su propia superioridad exigió una rendición sin condiciones y así se hizo. Los portugueses registraron concienzudamente las casas, con la intención que cabe suponer. Únicamente la iglesia y las ermitas se libraron del saqueo porque el general, que presumía de ser buen católico, lo había prohibido. Por la noche minaron el fuerte que fue volado al amanecer...”. Estas dos referencias nos vuelven a delimitar superiormente la fecha de los planos, en este caso los de Villamiel y Valverde del Fresno, ya que deben ser anteriores a la voladura de sus Fuertes, fechada entre los días 16 y 17 de Diciembre de 1665.
Con la premisa inicial de que todos los planos fuesen dibujados en la misma fecha y las referencias temporales anteriormente expuestas, al trasladarlas a una línea de tiempo obtenemos que los planos de las fortalezas de La Raya cacereña conservados en la colección Gaignières de la Biblioteca Nacional de Francia deben estar datados en un periodo de cinco meses que comprende desde Septiembre de 1664 a Enero de 1665. Debo recordar de nuevo que se trata de una suposición.


Una vez supuesta la fecha de creación de los planos y antes de preguntarnos sobre la autoría de los mismos, debemos realizanos la siguiente pregunta: ¿Se tratará de planos originales elaborados sobre el terreno o se tratará de simples copias de otros planos?. Aspectos que avalarían esta última teoría sería que Gaignières no solo coleccionaba originales; también realizaba copias de todo tipo de objetos, incluidos documentos. Utilizaba a su pintor y grabador Louis Boudan para estos fines, el cual pensamos que recorrió parte de la península Ibérica dado el gran número de ilustraciones de ciudades y fortificaciones asignadas a su mano. Otro aspecto que nos podría hacer pensar que son copias son las similitudes existentes entre el plano de Alcántara de la colección Gaignières y los otros dos planos de Alcántara utilizados para determinar la datación. Parece claro que los tres planos de Alcántara tienen demasiadas coincidencias y que podrían ser copias, pero alguno de ellos debió ser el original; y puestos a pensar, ya que para el resto de planos de fuertes y fortalezas de La Raya conservados por Gaignières no tenemos constancia de la existencia de planos similares, nos inclinamos a pensar que estos planos serían originales. La única identificación que aparece en estos planos, al igual que ocurre con la mayoría de obras conservadas por Gaignières, son las letras "Gaig." en la esquina superior derecha, como abreviatura del apellido de su propietario, la mayoría de planos y mapas son atribuibles a su pintor y grabador, Louis Boudan, quien no solía firmar las obras con su nombre. Las técnicas utilizadas y los formatos de los planos comparten rasgos, y en algunos de ellos se aprecian términos o vocablos franceses ("au pied de la montagne"), por lo que vamos a atribuir la autoría de los mismos a Louis Boudan.