2. El origen de los planos: François Roger de Gaignières

François Roger de Gaignières nació el 30 de diciembre de 1642 en la población de Entrains-on-Nohain, perteneciente al departamento de Nièvre y a la región de Bourgogne, y murió en Paris el año de 1715. Genealogista francés, anticuario y coleccionista, fue nieto de un comerciante de Lyon e hijo de Aimé de Gaignières, secretario del Conde de Harcourt, un miembro del Señorío de Elbeuf del Ducado de Guisa.

A finales de la década de 1660, fue nombrado escudero de Louis Joseph, Duque de Guisa, pasando a residir en un nuevo apartamento sobre el establo del  magníficamente restaurado Hotel de Guisa. François Roger sería el encargado de supervisar todo lo relacionado con la equitación del Duque, incluidos los establos, carruajes y lacayos. Tras la muerte del joven Duque en 1671, Gaignières sirvió como escudero de la tía de Louis Joseph, Marie de Lorraine, quien en 1679 lo nombró gobernador de su principado de Joinville y obtuvo para él una Pensión Real de 500 coronas. Desde temprana edad, comenzó a coleccionar materiales originales de historia general, y en particular, de la Iglesia y Corte francesas. Al poco tiempo ya estaba integrado en un grupo de expertos en arte e historiadores, que se extendía desde París a la corte del Gran Duque de Toscana, en Florencia. Entre los expertos que visitaban su colección, ubicada en su propio apartamento estaban Louis  Courcillon (Padre Dangeau) y Coulanges, primo de Madame de Sévigné; el Dr. Martin Lister lo visitó en el Hotel de Guisa en el año 1698 y quedó admirado con su colección. A primeros de 1690 Gaignières se convirtió en "Instructor de los hijos de Francia", es decir, mostraba y enseñaba su colección genealógica a los Príncipes Reales que estaban siendo educados.

María de Lorena murió en 1688 y Gaignières había preservado numerosos documentos de Guisa de la destrucción incorporándolos a su colección. Durante una década, ejerció su derecho de permanecer en su apartamento del Hotel de Guisa, pero en 1698 se mudó junto a su colección a una casa que había construido en la calle de Sèvres, en las afueras de la ciudad. Germain Brice no sólo exaltaba la belleza de la casa y sus jardines, también contó cómo "el maestro a quién pertenece esta casa vive en el mejor apartamento, el cual él mismo ha decorado con hermosos muebles, paños de oro, y extrañas pinturas. Durante mucho tiempo había estado acumulando un incomparable gabinete de artículos”. Durante décadas, Gaignières reunió una gran colección de cartas originales y otros documentos, junto con retratos y grabados, y realizó copias de un gran número de los más curiosos objetos de anticuario, como sellos, lápidas, vidrieras, miniaturas y tapices. Muchos de los documentos fueron copiados por su ayudante de cámara, Remy Bartolomé, un excelente paleógrafo, mientras que las ilustraciones fueron hechas por Louis Boudan, un pintor y grabador a quien enviaba a las provincias para dibujar tumbas.

En 1703, ofreció su colección a Luis XIV, el Rey Sol, con idea de que la corona francesa se encargase de producir copias certificadas de los documentos. El proyecto nació muerto, por lo que en 1711 vende toda su colección al Rey por 26.000 coronas más una pensión anual de 4.000 libras (Guillermo III de Inglaterra, había ofrecido 50.000 libras, en vano). Apenas firmado el contrato, negociado por Pierre-de Clairambault, el genealogista Real, Gaignières fue relegado a la última planta de su casa, y las habitaciones que contenían sus tesoros históricos cerradas con candados. Su salud declinó rápidamente. Escribió su último deseo en diciembre de 1714 y murió el siguiente mes de marzo. Clairambault pronto trasladó la colección desde la calle de Sévres y la distribuyó por diversas instituciones. Los manuscritos fueron divididos entre el Louvre y la Biblioteca Real (actual Biblioteca Nacional de Francia); muchos de los 27.000 retratos fueron a los Grabados Reales (hoy en día parte de la Biblioteca Nacional de Francia), el material impreso fue a los archivos de  Asuntos Exteriores; y los documentos más lujosos se los quedó Clairambault y los incorporó a su propia colección (en la actualidad en el departamento de manuscritos de la Biblioteca Nacional de Francia). Algunos objetos se encuentran en la biblioteca Bodleian de Oxford. Doscientos años más tarde, los dibujos de François Roger de Gaignières fueron especialmente decisivos en los trabajos de restauración de la abadía de Saint-Denis por Viollet-le-Duc, en el siglo XIX, tras su destrucción durante la Revolución Francesa(1).


(1) The Oxford collection of the drawings of Roger de Gaignières - Elizabeth A. R. Brown